La Cambra de Barcelona, mediante el proyecto Catalunya 2030/40, pretende desarrollar el máximo potencial de la economía catalana e implementar un nuevo modelo económico catalán que se base en la internacionalización, una economía de alto valor añadido, sostenible medioambientalmente, responsable socialmente y equilibrado territorialmente.

La estructura económico-empresarial catalana dista mucho de la española. Cataluña respecto a España presenta un VAB industrial un 27% superior, una tasa de paro un 27% inferior, unos activos en inversión extranjera superiores (+22%) y una presencia de empresas innovadoras sustancialmente más alta (+19%). Por el contrario, si se compara el nivel inversor del Estado en Cataluña con el conjunto del resto del Estado, el stock de capital en infraestructuras es un 20% inferior en Cataluña que en España y hay una mayor presión fiscal impositiva en Cataluña (+12%).

Ante estos datos, el Comité Ejecutivo de la Cambra de Barcelona considera que para desarrollar un modelo económico de éxito que sea beneficioso para Cataluña, hay que disponer de un Estado independiente.

El acuerdo entre el PSOE y UP establece el diálogo entre los gobiernos catalán y español como solución al encaje de Cataluña en el Estado español. Además, en materia económica y empresarial ambos partidos acuerdan: simplificar modelos de contratación; persecución del fraude fiscal y subida de impuestos a los grandes patrimonios; reforma del impuesto de sociedades para favorecer a las PYMEs; cotización de los autónomos en base a la facturación real; incrementar el SMI; crear un Plan Nacional de emprendimiento; completar los traspasos de competencias pendientes y aprobar la ley de cambio climático que dibuja un modelo energético estatal 100% renovable en 2050.