El poder de la subcontratación industrial

La gestión del negocio empresarial se ha sofisticado y, cada vez más, las empresas centran su actividad productiva en aquello que les proporciona mayor valor añadido, especializándose en segmentos de producto, procesos, materiales e incluso soluciones técnicas para producir bienes más complejos.

Es en este contexto en el que se enmarca la subcontratación industrial, un acuerdo entre empresas que responde al objetivo de abordar conjuntamente una determinada producción, en función de las necesidades técnicas y productivas de un bien final. La relación entre la empresa contratista y el suministrador se basa en la confianza mutua, siendo este último una parte esencial del producto final fabricado por la primera.

Esta modalidad productiva se ha extendido del sector automovilístico hacia otras actividades industriales, como por ejemplo los aparatos domésticos, los productos audiovisuales, la maquinaria, los equipamientos de transporte, los equipamientos médicos, etcétera.

Las empresas de subcontratación industrial son generalmente Pymes con un alto grado de especialización y constituyen una parte significativa del tejido industrial, convirtiéndose en un motor de la economía autonómica y también estatal.

Pertenecer a nuestra bolsa de subcontratación industrial permite a las empresas presentarse a responsables de compras en ferias nacionales e internacionales para cerrar acuerdos de compraventa positivos.